Debes rodear sus palabras con tus manos, lanzarle un guiño de cordura a su nube.
Debes morder con furia sus versos temblorosos y ser lluvia.
Debes envolver su pluma con vientre de pitón y romper sus falanges con tu cuerpo.
Así no escribirá, no le saldrá espuma sin pensar en tu locura.
Debes dejar que beba de tu mar y duerma, apartado de tu espalda.
Debes arañar su pecho de lienzo con tu historia y entre risas despertar su arritmia.
Debes, por sobre todo, atar sus manos a una duda silente
no poner nombre a tu presencia, para que sus palabras te suden en evocaciones
Debes partir con besos de sabana y coquetear su sombra en la huida,
bebiendo sus ojos, callando sus cantos.
Debes entender que es sólo un baile y el te pisará los pies en el tango,
Que sus palabras tiene otro ritmo y que ya han hablado antes del tacto.
Por último, debes saber que si tus labios y tu vientre dan la tinta
aceptarás a cambio del embrujo:
Que te muerda con furía el alma,
Que no se salve
Que no se largue.
Debes morder con furia sus versos temblorosos y ser lluvia.
Debes envolver su pluma con vientre de pitón y romper sus falanges con tu cuerpo.
Así no escribirá, no le saldrá espuma sin pensar en tu locura.
Debes dejar que beba de tu mar y duerma, apartado de tu espalda.
Debes arañar su pecho de lienzo con tu historia y entre risas despertar su arritmia.
Debes, por sobre todo, atar sus manos a una duda silente
no poner nombre a tu presencia, para que sus palabras te suden en evocaciones
Debes partir con besos de sabana y coquetear su sombra en la huida,
bebiendo sus ojos, callando sus cantos.
Debes entender que es sólo un baile y el te pisará los pies en el tango,
Que sus palabras tiene otro ritmo y que ya han hablado antes del tacto.
Por último, debes saber que si tus labios y tu vientre dan la tinta
aceptarás a cambio del embrujo:
Que te muerda con furía el alma,
Que no se salve
Que no se largue.