Cuando decidas marcharte con los pájaros migratorios hacia el reino de las totalidades,
quedará tu poesía en la lluvia,
en el tejado de la casa de la nostalgia,
más allá de las piedras que guardan la roja memoria de la vida,
en las vasijas de miel cosechada,
en los caminos agrietados de la tristeza,
en las harinas celestes de los molinos,
en el viento que dispersa el trigo y las mareas,
en el vino sombrío y dulce de secretas tabernas,
en el perseverante sonido del corazón que ama,
en los bordes de la oscuridad antes del relámpago y la alegría...
Y tu poesía será la única belleza que podrán reconocer los hombres...